lunes, 24 de agosto de 2009

FARISEO



A Gabriel Fino Noriega

(Martir del golpe)


¡Diáloga, ignorante!

me ordena el Cardenal Mitch;

su autoridad viene del bazar

donde cohabita el turco

que le compró el privilegio en el cardenalato;

por eso,

ante su voz,

hay que temblar.


Es el Cardemalmitch.

Lo escucho y siento la sombra de los sicarios del 316

que me cercan.

Pienso y me duelo por los muertos,

heridos y desaparecidos

que él niega,

y que yo, si no me escondo, terminada la manifestación,

puedo ser uno de ellos.


No hay sangre… eso es apostasía,

recita su lengua pegajosa

y repite

¡Dialoga, tonto!

¿Quénovesloscuchillosfiludos!

De inmediato bendice al asesino que me tiene

con la daga en la garganta.

Hace un rito santo:

lustrar con su estola el fusil

que gorileti nos pone en el mentón

a los insurrectos que jamás lo reconoceremos

sino sólo como golpista y violador.


¡Diáloga, hijo, ten fe!

Insiste con voz cremosa

¡Que yo te doy

la paz del señor!

Él, con su palabra aflautada

y la sangre de las víctimas subiéndole

por el púrpura de su sayal.


Vomito

y recuerdo que soy católico.

El purpurado anuncia sangre

y proclama que la culpa es de las víctimas.

Da absolución al criminal

y a su caterva de hienas;

luego agrega sin mácula,

nunca fuera de sí:

que el que es legítimo del pueblo,

no vuelva,

que no vuelva porque será culpable

de la sangre que caerá.


Y mientras salmodia citas bíblicas

que se le mueren en la lengua,

mueve algo

bajo la sayuela

a manera de extremidad cuaternaria.

Siento un plomo

y la fe se me dispara

en un gemido de impotencia

¿Ser o no ser?

Los asesinos tienen asediado a todo un pueblo

su legítima convivencia es la felonía

y la bendición cardenalicia

es una sazón que certifica, absuelve

y faculta.


¡Daloguen,

han caído en desobediencia

y sólo se les dará la comunión

si dialogan

con Leizelar, el flaco, el desinflado,

neutro, palo de puya

de este arreo de bueyes!

Refiere al gran masturbador

que está tatuado en el vientre de la muerte

por su misma condición de conciencia,

no sólo por su aspecto tétrico:

en esta apocalipsis,

es la gárgola golpista

a la que le han sido concedidas

las llaves del diálogo y el sometimiento.


Entonces , siento que habito en los infiernos,

de los que a lo mejor no tendré resurrección

y me explico,

por qué,

el Cardemalmitch

opera allí;

y es de esta y no de otra manera,

porque

el golpe

ha sacado en la cloaca de los grupos de poder,

a flote,

toda la mierda

y sus esplendores.


Candelario Reyes García

Poeta

Honduras

día 8 del golpe.

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