
(Martir del golpe)
¡Diáloga, ignorante!
me ordena el Cardenal Mitch;
su autoridad viene del bazar
donde cohabita el turco
que le compró el privilegio en el cardenalato;
por eso,
ante su voz,
hay que temblar.
Es el Cardemalmitch.
Lo escucho y siento la sombra de los sicarios del 316
que me cercan.
Pienso y me duelo por los muertos,
heridos y desaparecidos
que él niega,
y que yo, si no me escondo, terminada la manifestación,
puedo ser uno de ellos.
No hay sangre… eso es apostasía,
recita su lengua pegajosa
y repite
¡Dialoga, tonto!
¿Quénovesloscuchillosfiludos!
De inmediato bendice al asesino que me tiene
con la daga en la garganta.
Hace un rito santo:
lustrar con su estola el fusil
que gorileti nos pone en el mentón
a los insurrectos que jamás lo reconoceremos
sino sólo como golpista y violador.
¡Diáloga, hijo, ten fe!
Insiste con voz cremosa
¡Que yo te doy
la paz del señor!
Él, con su palabra aflautada
y la sangre de las víctimas subiéndole
por el púrpura de su sayal.
Vomito
y recuerdo que soy católico.
El purpurado anuncia sangre
y proclama que la culpa es de las víctimas.
Da absolución al criminal
y a su caterva de hienas;
luego agrega sin mácula,
nunca fuera de sí:
que el que es legítimo del pueblo,
no vuelva,
que no vuelva porque será culpable
de la sangre que caerá.
Y mientras salmodia citas bíblicas
que se le mueren en la lengua,
mueve algo
bajo la sayuela
a manera de extremidad cuaternaria.
Siento un plomo
y la fe se me dispara
en un gemido de impotencia
¿Ser o no ser?
Los asesinos tienen asediado a todo un pueblo
su legítima convivencia es la felonía
y la bendición cardenalicia
es una sazón que certifica, absuelve
y faculta.
¡Daloguen,
han caído en desobediencia
y sólo se les dará la comunión
si dialogan
con Leizelar, el flaco, el desinflado,
neutro, palo de puya
de este arreo de bueyes!
Refiere al gran masturbador
que está tatuado en el vientre de la muerte
por su misma condición de conciencia,
no sólo por su aspecto tétrico:
en esta apocalipsis,
es la gárgola golpista
a la que le han sido concedidas
las llaves del diálogo y el sometimiento.
Entonces , siento que habito en los infiernos,
de los que a lo mejor no tendré resurrección
y me explico,
por qué,
el Cardemalmitch
opera allí;
y es de esta y no de otra manera,
porque
el golpe
ha sacado en la cloaca de los grupos de poder,
a flote,
toda la mierda
y sus esplendores.
Candelario Reyes García
Poeta
Honduras
día 8 del golpe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario