
A las víctimas de la resistencia del 5 de julio.
Señores turcos,
patrones y sucedáneos
¡aplausos!
el diálogo entre los fusiles
de su ejército
y la sangre de nuestro pueblo, ya empezó.
¿No sé
por qué estoy llorando
cargado de impotencia?
Ha de ser
por la emoción del discurso de ustedes
que hacen la disertación con gran propiedad
y con la bendición de su cardenal
es completa,
límpida oratoria.
Definitivo, su patriotismo
es tan entusiástico,
lástima que sea un evangelio de paz
que no entienden
los chuñas,
los pelados,
los votantes,
que más que votos
para suerte del diálogo,
hoy les están entregando las víctimas
que ustedes requieren en democracia
para la felicidad
de suyos,
de sus hijos
y las generaciones
que habrán de heredar su gloria
de patrones,
amos y señores de este golpe y más.
La sangre
ha quedado allí votada en el pasto
y en el pavimento,
con restos de carne y piel,
entre los sobrantes
de las bombas lacrimógenas
y zapatos destrozados, dejados, vejados.
Por supuesto,
el diálogo ha concluido
con el adelanto del toque de queda.
Es mejor así,
el diálogo es más emocionante,
quizá esta noche
se escuchen algunos alaridos,
gritos silenciados,
sollozos,
voces de espanto.
Las noches de diálogo
tiene su pavor metafórico en colorido
para saldar dudas
que pudieran haber quedado
de la primera fase
de las conversaciones.
Es que sus asesores lo hacen bien,
el diálogo es abarcador,
completo,
nadie lo puede dudar.
¡Felicidades!
que Moloch
los acompañe
en estos logros de su placidez
en el que las palabras
se quedan vacías;
por ejemplo,
ante la bomba y el proyectil
nada significan las voces,
agua
o vinagre,
para el crucificado.
Candelario Reyes García
Poeta
Honduras
Día 12 del golpe.
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