
Él es
porque el pueblo tuvo un hijo
con una visión
que le permite acercarse a los tiempos
y prestar oído a los cielos,
que humilde
y a la vez enérgico,
habla a la tierra:
heredad de los humildes,
dada por Jesús
en el Sermón de la Montaña.
Su conocimiento
tiene la mano del cariño
y la voz del compromiso.
He aquí el portento de su cura.
Él no desprecia.
Él alivia
que a eso ha venido
y por eso camina con el pueblo de Dios.
Así convoca a la asamblea
y se va de misa con los humildes.
Quita la carga al fatigado
y libera al esclavo,
porque él es siervo del Señor
siendo el primero
en el servicio a los pequeños
de este reino.
Ahora se le puede ver:
es un peregrino simple y común
en esta resistencia contra el golpe.
Así, un día,
denunció como el río Sumpul
se había vuelto sangre
de los campesinos ametrallados
por los ejércitos del Salvador
y de Honduras que se unieron
haciendo una sola nación pecadora,
juntando sus armas de injusticia
contra inocentes que huían,
anhelando vida y fueron pasto de muerte.
Jardines de hojas verdes refrescan sus pies
y brea de enjambres adornan sus años,
a este ungido profeta del pueblo,
del que presumimos
una ciudad fiel
por corazón
y ríos de agua viva
en su frente.
Candelario Reyes García
52 días de Resistencia Popular
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