Cuando los marchantes piden ejército
que los resguarde de la chusma,
cuando la servidumbre aplaude y babea a los generales,
cuando la iniquidad amanta vehemente a los gorilas
y los azuza para que se coman a los monitos.
Y todo es paz en un ruido
de silencio de mosca
chupando el cadáver.
Una burbuja creyente
ajustada al macho de la nariz de los ciegos.
El grito de la costumbre al azote
tatuado en el paladar de los mudos.
El miedo a ser decentes
Incrustado en el tímpano de los sordos.
La insensibilidad por si mismos y los suyos
de los encadenados hechos al rumor de los socavones.
Y la madre es violada ante los vástagos
que balbucean himnos de paternidad
a los violadores.
Y dicen,
para que haya paz,
golpea a este, golpea al otro
para que nos entendamos
y haya unidad
y el reino sea de los dioses de metal y barro.
Y Judas expone un legajo de ideas convexas,
Caifás se predica mesías y proxeneta,
Anás hace de tribuno y se saca del ano
el referéndum y el plebiscito,
Pilatos se lava las manos diciendo yo no fui,
fue tete, mira la ley, a lo mejor ella fue.
Y el sanedrín en pleno
exponen el esqueleto de la lotería,
su numerológica ética tétrica
como guía de un dialogo
a lo nacional.
Como hablar de fútbol ponchando el balón,
Como donar engordando el cerdote de la Teletón,
Como diezmar para el Pastor de Pastores
y que no quede huella, que no, que no,
como al violar
cuantas veces sea necesaria
a la prostitución.
Y
el chuña crucificado
y el gallo vendido con nudo en el pescuezo
y el sepulcro alquilado de blanco,
privatizado el manto de la discordia,
incautado el milagro de ser
sin ser negado.
Lázaro postergado
al capricho de los escribas y fariseos.
Las bienaventuranzas en la pocilga
de los cerdos.
Y en lo oculto
el regocijo
del prestamista, el usurero
que financia la producción de esta tragedia.
Candelario Reyes García
Poeta
Honduras
día 6 del golpe.
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