Hoy sería un día cualquiera
domingo doce de julio,
pero hace veinte años,
tres hondureños en el exilio en Costa Rica,
fundamos el Centro Cultural Hibueras,
para trabajar por la Cultura de la Paz,
iniciando un nuevo hacer de mundo
a favor de los más pobres, de los más pequeños.
Así volvimos pletóricos a la patria,
pese a que los perros de garra
de los escuadrones de la muerte del 3-16
continuaban operando bajo la venia
de los dos partidos tradicionales,
liberal y nacional y sus aledaños acólitos.
Fundamos recogiendo las acciones
y las palabras de nuestros mártires,
enunciadas como un evangelio breve
por el recién caído Miguel Ángel Pavón:
“…ningún esfuerzo será demasiado,
mucho menos estéril o inútil
para la promoción del bien, la justicia
y la paz para todos y todas.”
El día que lo escribió
lo mataron junto a Moisés Landaverde,
el primo moisa:
pleno de vida y cariño.
Su llamado lo hicimos nuestro
y la historia ha sido bella.
Hoy viviríamos una grata fecha de festividades:
veinte años y mucho arte, educación, gente,
organización, libros, escenarios....convite.
Desfiles de zanqueros, zarabandas,
exposiciones de pintura,
conciertos,
competiciones de ajedrez y deportes,
juegos tradicionales,
convivios comunitarios.
Iba a ser una apoteosis de semanas,
comunidad y comunidad
como un colosal guancasco
que era la fiesta de paz
de nuestros ancestros:
abudante de comidas y bebidas
de maíz, frutas, tubérculos ,
flores , cogollos y cacao Xocolatl.
Hoy pudiera no ser un día cualquiera,
domingo doce de julio con pólvora y alborada,
pero hay toque de queda, golpes,
estado de sitio, dolor en el costado:
Los gorilas han dado golpe de estado.
Una vez más han enlutado la patria.
Y así será,
siempre una historia de tontos,
mientras en el país haya ejército,
a manera de guardia personal,
costeada con el hambre del pueblo,
a favor de unos cuantos coroneles
propietarios, empresarios
pudientes del estado de injusticia
que como chinche picuda
nos tiene enfermo el corazón
y muerta el alma a los hondureños,
contra los que siempre dispara.
Ya no es Honduras, es una guerra
apéndice del comando sur
del ejército gringo que amaestra y permite
para que siete de cada diez hondureños
que la pasan mal, insalubres, deshechos
y hechos mierda acosados por la pena,
mantengan los privilegios
de tres poderosos NO hondureños ;
y así nadie se sobrepase
y reclame que el mundo sea promiscuo
paraíso de la injusticia que conviene
porque aplasta, engolosa y engaña
cuando más de alguno
se la quiere pasar de listo
y dice: ¡vengan hermanos
comamos, pensemos,
criemos y creamos!
Pudo ser un agasajo de paz, hoy,
pero nos sorprendió el luto,
el golpe de los gorilas,
cuando deberíamos tener fiesta
y algazara de contento en las aldeas y caseríos,
tenemos luto.
Candelario Reyes García
Poeta
Honduras
Día 14 del golpe.
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